lunes, 21 de junio de 2010

Bocadillos de pensamiento

Nuestras palabras quedan suspendidas en el aire, atrapadas en bocadillos. Siguiendo la conversación, mis ojos pasan frenéticamente de viñeta a viñeta.

Te creerás buena guionista, pero a mí no me engañas. Puedo leer tus bocadillos de pensamiento. Sé que la última página no acabará en “continuará...”.

Y tú deberías poder ver la gran onomatopeya que representa el ruido de mi corazón rompiéndose. Pero claro, la vida no es un cómic.

Ni tú eres mala porque te han dibujado así ni yo tengo superpoderes que me hacen invulnerable.

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