Es culpa tuya.
Tú eres el que cada vez que los meteorólogos
anuncian que viene tormenta dices que sólo caerán unas chispas aunque los
cabrones siempre acierten. Tú eres al que le da igual el número de heridos
porque siempre habrá un hospital cerca. Tú eres el que no piensa comprar un búnker
ni aunque esté de oferta. Tú eres el que desea secretamente que las leyes de la
física se equivoquen y el rayo pueda volver a caer en el mismo sitio. Llámalo
paradoja, incoherencia o contradicción. Yo utilizo otro sinónimo, yo lo llamo amistad.
La verdadera amistad es un meteorito extinguiendo
todos tus principios de golpe. Dos placas tectónicas que chocan y liberan toda
su energía acumulada. Un huracán que no sabes si te llevará a la tierra de Oz,
pero que seguro que no te deja en Kansas. La sequía de tus condiciones
climatológicas habituales. Una tormenta de arena que te dificulta la
visibilidad. Un volcán dormido con mal despertar. Un río que te desborda.
Lo admito, son unas definiciones desastrosas.
Busca a esa persona cuya presencia en tu vida sea
una catástrofe, pero también sea natural. Sólo entonces habrás encontrado tu
propia definición de amistad.
Suerte explicándolo científicamente.
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