jueves, 5 de febrero de 2009

Clases de baile

Tú estás sólo en un rincón de la clase, enfrascado en la música. Te entretienes ensayando tus pasos, siguiendo tu ritmo. Llega el momento inevitable. La canción acaba.

Es en ese instante, en el silencio inaguantable que precede a una nueva melodía, cuando surge la tentación.

Todo sería más fácil si bailaras a su son. Si siguieras sus pasos prefabricados, cuyo único fin es llevarte a donde ellos quieren. Danzando en una sinfonía que no es la tuya, su único compositor es el interés. Realizando acrobacias que parecen peligrosas pero son totalmente seguras. Con las mismas notas repitiéndose una y otra vez. Monotonía disfrazada de felicidad.

Pero la siguiente pista del CD ya se está reproduciendo y la aguda voz del cambio y la posibilidad ya no se oye. El volumen de los altavoces está al máximo. Tú bailas tu propia canción.

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