lunes, 28 de diciembre de 2009

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Los puntos. Esos signos de puntuación tan desconocidos. Nadie se preocupa nunca por sus sentimientos, sus inquietudes o sus opiniones. Los usamos para separar nuestras palabras pero no les prestamos mayor atención.

Tal es mi cariño por estos pequeños círculos de tinta que en los próximos párrafos voy a darles un trato personalizado y a presentároslos uno por uno, punto por punto.

Sin duda el punto más feliz es el punto y seguido. Une dos oraciones, iniciando una relación que puede llegar a ser muy profunda. No podría estar más satisfecho. Por otra parte, el punto y aparte tiene un trabajo más difícil, separando oraciones que podrían haber vivido muchas historias juntas. Pero, la tarea más dura es la del punto y final, que es trágicamente consciente de que para que él viva un texto ha tenido que morir.

Algunos puntos tienen suerte y no están solos, pueden relacionarse con otros puntos y realizar divertidas actividades con ellos. Los dos puntos suelen escalar juntos, mientras que los puntos suspensivos bailan formando una conga.

El gran amor de los puntos son las comas. A veces, a algún punto afortunado lo trazan encima de una coma en alguna postura sensual. Pero lo que al principio podría parecer un regalo con el tiempo se convierte en una desgracia, ya que el punto está condenado a observar a su amor a escasos centímetros de él durante toda su existencia. Nunca lo suficiente cerca como para tocarla. Siempre inalcanzable.

Todo esto es observado de manera impasible por los puntos sobre las íes. Conocedores de los detalles más íntimos de las vidas de los otros puntos pero sin ninguno cerca al que contárselos.

Ahora que tienes conocimiento de estos datos, querido lector, espero que la próxima vez que trazes un punto con la punta de tu bolígrafo lo hagas con cariño.

No lo escribas y punto.

3 comentarios:

David dijo...

Maldita sea, ahora me arrepiento de dibujar a los puntos con tanta desgana (casi como comas).

El punto y coma es muy tristeeee.

Mario Pina dijo...

Me ha gustado mucho. Y desde aquí te hago una petición: profundiza en esto del punto y final. Hay un gran relato ahí.

Un abrazo

· dijo...

Genial.