viernes, 11 de septiembre de 2009

Buceo

Voy a aprovechar que hoy estás de bandera verde para bucear un poco. Espera, que cojo aire y me tiro de cabeza.

Siempre es un placer sumergirme en tus profundidades. Seguirte la corriente hasta tocar fondo. Tu fondo. Alejado de la superficie para que sólo podamos llegar los buceadores más perseverantes y repleto de rincones por descubrir.

Bien escondido tras unos arrecifes de falsas ilusiones he encontrado tu barco naufragado, ese sueño que nunca llegó a buen puerto. Tú lo dejaste hundirse. He decidido no explorarlo. Prefiero que me quede la esperanza de que su tripulación escapó en un bote salvavidas.

Tus medusas de envidia han intentado picarme, pero he sabido evitarlas y dirigirme hacia tus bancos de peces. Nunca había visto unos especímenes tan bellos. Qué pena que hasta los pescadores más hábiles sólo conseguirán unos pocos.

Me gustaría haber estado más tiempo explorando, pero tu mayor miedo disfrazado de tiburón ha sentido mi presencia. Un encuentro con él podría ser letal. Para ti.

Ahora ya no puedo hacer otra cosa que observarte tumbado sobre la arena, inmerso en una interminable espera. Ansioso de que vuelvas a abrirme tus aguas.

Me has dejado mal sabor de boca, como a sal.

Escondes tanto bajo tu superficie que no entiendo cómo puedes ser tan superficial.

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